¿Alguna vez te has quedado de pronto sin luz, se te ha roto una tubería o la llave de paso, la inspección técnica de Gas Natural te ha detectado una avería?, pues en cualquier caso tienes un gran problema.
Hoy miro en la web de la OCU, y observo que han hecho un estudio titulado "Reparaciones urgentes: precios abusivos", ¡ahhh esto me interesa!, me confirma lo que yo ya sabía por propia experiencia, aunque constato que es algo generalizado.
El estudio de la OCU sobre servicios de reparaciones urgentes (cerrajeros y electricistas) revela tarifas abusivas y grandes diferencias de precio, además de poca información al usuario. Las reparaciones urgentes son un sector que motiva muchas reclamaciones de los consumidores.
La OCU recibió casi 2.000 reclamaciones el año pasado, por dos motivos principalmente: precios abusivos y falta de información.
A esto tengo que añadir que las reclamaciones de los consumidores tanto ante la OCU o ante cualquier otra asociación de consumidores o ante la administración, no sirve absolutamente para nada, es tan solo el derecho al pataleo, porque si a la empresa o al profesional al que reclamas no le da la gana, no tienes nada que hacer; lo único sería poner una demanda judicial, y esta salvo que haya mucho dinero por medio y tengas pruebas documentales super concluyentes no se ponen.
La OCU ha realizado un estudio de los servicios de reparaciones urgentes en 8 ciudades españolas (Badajoz, Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Valencia y Zaragoza). La OCU afirma que los precios son abusivos y que, para una misma reparación, las diferencias en la factura son enormes. El estudio al completo se publica en la revista OCU-Compra Maestra del mes de febrero.
La OCU quería averiguar en primera persona cuál era la situación en este sector y analizó el servicio prestado por 78 empresas de reparaciones urgentes para dos situaciones diferentes muy comunes: se llamó a un electricista (falta de luz en un domicilio) y se avisó a un cerrajero (las llaves se olvidaron dentro de la vivienda).
La OCU ha comprobado que muchos servicios de cerrajería y electricidad, aunque aparentemente se anuncien con distintos números de teléfono, se desvían hacía una misma centralita, desde la que se avisa a un cerrajero o electricista de la zona, siendo en estas situaciones cuando suele haber una menor información al usuario.
La OCU comprobó que la mayoría de servicios de reparación urgente no informaban del coste de la mano de obra, desglosado, que puede llegar hasta los 116 euros, precio totalmente abusivo a juicio de la OCU. En el caso de los electricistas, muy pocos facilitaron presupuesto orientativo, si bien es cierto que, dependiendo de la gravedad del problema, era difícil determinar el coste de la reparación. La OCU ha encontrado servicios de reparación que llegan a cobrar hasta 116 euros por desplazamiento, y eso sin que la reparación se realice. Si el consumidor no ha recibido presupuesto y decide no reparar la avería, tendrá de todas formas que abonar ese importe en concepto de desplazamiento.
La OCU, consciente de que en este sector existe libertad de precios, denuncia que éstos son totalmente abusivos y recomienda al consumidor:
* Apuntarse en el móvil los teléfonos de cerrajeros, fontaneros y electricistas de la zona, de este modo no se tendrá que pagar gastos de desplazamiento.
* Llamar siempre a más de un profesional. Las tarifas son libres y pueden variar mucho de uno a otro. Se pueden obtener ahorros superiores al 30%.
* Solicitar presupuesto previo y, en su defecto, exigir los costes de mano de obra y de desplazamiento; así como lo que le cobrarán en caso de rechazar el presupuesto.
* Cuando el técnico llegue a casa, pedir que confirme las tarifas. Es obligatorio tenerlas por escrito.
* Si han realizado la reparación sin presupuesto y es abusivo, no firmar el presupuesto y exigir una copia de la factura antes de pagar.
* Recordar que las reparaciones realizadas están garantizadas por 3 meses.
Estas recomendaciones son realmente muy buenas y seguro que nos serán de utilidad, porque tarde o temprano tendremos una avería y tendremos dos problemas: la avería en si y el cabreo con el supuesto profesional que llamemos.
Cuento una de mis experiencias, mes de noviembre del 2008, me viene la inspección de Gas Natural y resulta que me dicen que tengo que poner una caperuza en el exterior, al final del tubo de salida de humo de mi calentador, pero que solo me lo puede poner un fontanero autorizado por Industria, porque no solo me tiene que realizar la reparación sino que me tiene que dar un papel firmado con lo que ha hecho y lo tengo que enviar por fax a Gas Natural; ¿y cuales son estos fontaneros? le pregunto, la respuesta es no lo sabe y que me busque la vida, ¡ostras! pienso yo, ¿y ahora a dónde encuentro a un tio de estos?, así que me pongo a buscar en Internet y encuentro unos cuantos, llamo a uno de ellos, le pregunto si está autorizado por Industria, me responde que si, le explico el problema que tengo y le pregunto si lo puede hacer y cuanto me costaría aproximadamente; me dice que por supuesto que lo puede hacer y que en cuanto al coste no me lo puede decir porque primero tiene que verlo, le digo que aunque sea algo aproximado para tener una idea y que así si no me interesa se ahorraría un viaje, me responde que me hará un presupuesto sin ningún coste y sin compromiso, ni siquiera me va a cobrar el desplazamiento; bueno pues en ese caso acepto y me dispongo a esperar al fontanero.
Llega, me saluda, pregunta donde está el calentador, le llevo hasta la cocina y se lo enseño, y sin mediar una palabra me quita la ventana corredera y se pone de pie en lo alto de la encimera, tan solo me dio tiempo a decirle: ¡espere!, antes me tiene que decir cuanto me va a costar.
Entonces el buen señor se baja de un salto al suelo, saca un metro y una calculadora y me suelta: 300 euros. A mi se me ponen los ojos como platos y digo: ¿Qué? ¿300 euros?, ni pensarlo yo no pago eso, mañana mismo me doy de baja en Gas Natural y me compro por mucho menos un calentador eléctrico.
El tío este que ve que el negocio se le va al traste me empieza a dar un discurso que duró como 30 minutos sobre los gastos que él tiene, lo buen profesional que es, las garantías que me da por su trabajo. A todo esto yo le respondo que vale, que él tendrá toda la razón pero que yo no pago 300 euros por poner una caperuza y que incluso prefiero ducharme con agua fría. Al final se va tal como vino y me deja una tarjeta para que le llame para instalarme el calentador eléctrico que le he dicho voy a comprarme; por supuesto que cogí la tarjeta y le aseguré que le avisaría, no porque pensara llamarlo que no lo pensaba, sino para que se fuera de una vez que ya me tenía más que harta.
Así fue como me di de baja en Gas Natural, y como me pasé al calentador eléctrico, que por el momento me va de maravilla y me costó 90 euros; además me lo instaló un familiar super apañado y no me cobró nada.
martes, 26 de enero de 2010
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