domingo, 22 de febrero de 2009

Globalizados

Desde que nos vendieron el euro como algo maravilloso no me gusta la globalización, porque los beneficios son para muy pocos, yo al igual que todos con quienes lo he comentado vimos que cuando pasamos de la peseta al euro nuestro poder adquisitivo disminuyó drasticamente, lo que costaba 100 pesetas pasó a costar de un día para otro 1 euro que son 166,386 pesetas exactamente. Sin embargo los sueldos se ajustaron al céntimo, así que de un día para otro todos fuimos más pobres y así seguimos.

Después, La Unión Económica Europea, que es como su nombre indica algo exclusivamente económico y beneficia a los productores, recientemente tenemos esa directiva que en principio se aprobó y luego no terminó de cuajar, pero ahí está, y algún día volverá a la palestra, trabajar 65 horas a la semana.

Pienso que fue como tomar el pulso a la sociedad para ver que reacción había, y la reacción no se hizo esperar, porque eso supone tirar a la basura todo por lo que muchas personas han luchado e incluso han dado su vida, los derechos de los trabajadores, y supondría volver a estar como antes del siglo XIX, terminariamos siendo todos esclavos, que por supuesto a las empresas les conviene, así ganarían más, y como parece que las empresas están desprovistas de ética, moralidad y humanidad, si es para ganar más es admisible, para ellas lo único que cuenta son los resultados y estos tienen que ser cada año mejor que el anterior, a costa de lo que sea.

Han encontrado en los países en desarrollo como India un filón que quieren exportar al resto del mundo, y es que por lo que cuesta un cuenco de arroz hervido al día las personas están dispuestas a trabajar 16 horas diarias, y sin gastos sociales.

Pues en vez de intentar mejorar la situación de esas personas, para las empresas, especialmente las grandes corporaciones, la solución es ponernos a todos igual.

Por el momento esta directiva no ha salido adelante pero hay que estar atento porque cualquier día volverán a plantearla, posiblemente no en los mismo términos pero si con la misma esencia.

Cuando después del verano del 2.007 empezó a aflorar la actual crisis económica que padecemos, veo como los efectos son globales, muy pocos son los que la han causado pero las consecuencias es para todos, cada vez somos más pobres.

Anteriormente las entidades financieras con el beneplácito de los Gobiernos, se han dedicado a inculcarnos que consumamos sin parar, dando igual si tienes recursos o no, porque los bancos estaban dispuestos a financiarnos cualquier capricho. No hacía falta ni siquiera pedir un crédito para el consumo, cualquiera que tuviera una nómina recibía por correo una carta de su entidad financiera donde le ofrecían un préstamo, antes de pedirlo ya lo tenias concedido. Nos hemos hecho bancodependientes .

Las empresas más de lo mismo, para llevar a cabo cualquier actividad resulta imprescindible que las entidades financieras aporten el dinero, han acostumbrado a las empresas a funcionar sin liquidez, cuando reciben un pago por medio de un pagarés a 90 ó 120 días, necesitan hacerlo efectivo inmediatamente y para ello lo negociaban con los bancos que les adelantaban esos importes a cambio de un tanto por ciento. Esto ya han dejado de hacerlo y las empresas están atascadas y sin liquidez.

Desde que las entidades financieras han empezado a desconfiar unas de otras, ya no encuentran liquidez en el mercado interbancario y con los recursos que sus propios clientes ingresan no tienen suficientes recursos para seguir dando dinero a diestro y siniestro, por tanto han cerrado el grifo del dinero.

Yo no soy economista, pero creo que no es necesario para actuar con lógica, siempre he pensado que gastar más de lo que se tiene es buscarse una ruina, salvo en casos muy contados no es aceptable endeudarse, y cuando se hace hay que estar seguro que se tienen los recursos suficientes para hacer frente a la deuda contraída.

Y esto no se ha hecho, y es más, por ejemplo los obreros de la construcción cobraban realmente el doble que lo que aparecía en sus nóminas, vivieron al día pensando que el filón no se iba a terminar nunca, estaban inmersos como la mayoría de la sociedad en un bucle consumista, y de pronto se quedan en paro y para cobrar el desempleo lo que se toma en cuenta son las bases de cotización a la Seguridad Social de los últimos 180 días, y encima no cobrarán el 100%, así que si antes disponían de 2.000 euros ahora tienen 700, y como es natural no pueden pagar ni hipotecas, ni tarjeta de crédito, ni los prestamos al consumo como el coche, la tele nueva, las vacaciones, etc.

Y es que esto de vivir exclusivamente en el presente sin pensar en el futuro tiene muy malas consecuencias, esperemos que tengamos memoria y no se nos olvide todo lo que estamos pasando.

Yo he pensando siempre que esta crisis económica actual ha sido programada, que no ha ocurrido por casualidad sino que nos han estado acostumbrado a vivir de una forma totalmente bancodependiente, y que los que lo han propiciado y orquestado han decidido que ya era hora de recoger lo que realmente querían, que no otra que mayor poder, crear un Gobierno Mundial, donde los países cada vez ceden más soberanía a las grandes corporaciones, que en definitiva son los que tienen el poder económico y que son los que al final nos van a gobernar a todos. Que hasta este momento nos han gobernado, pero en la sombra, pero ahora ya no se esconden. Tan solo hay que escuchar o leer lo que ha dicho Paul Martin, que fue Primer ministro de Canadá desde el 12 de Diciembre de 2003 hasta el 06 de Febrero de 2006, pues este señor el 10 de Febrero pasado en conferencia ha dado algunos de los pasos de lo que la cumbre del G20 ha venido desarrollando, diciendo que LAS NACIONES DEBEN DE CEDER PARTE DE SU SOBERANÍA PARA QUE EL MUNDO FUNCIONE.

Nos tendrán con la soga al cuello hasta que ya no podamos más y cedamos; cuando a la multitud de personas que están en paro cobrando o no el desempleo, a media que vaya pasando el tiempo y su situación sea cada vez peor, cuando ya no tengan ni para comer, entonces es previsible que haya una gran crisis social, una crisis que ningún Gobierno podrá soportar y que dará lugar a que las grandes corporaciones, los grandes capitales, se muestren como los salvadores y se hagan con el control de la humanidad y entonces lo que realmente ocurrirá es que seremos más pobres aún, y además totalmente esclavos del gran capital.