sábado, 27 de marzo de 2010
Nuestros hijos nos acusarán
Nuestros hijos nos acusarán es el título en español de un documental, su título original “Nos enfants nous accuseront” dirigido por Jean-Paul Jaud que dura 1 hora y 48 minutos.
Se estrena esta semana en España, aunque será dificil encontrarla y es que la vida y la salud no es comercial, pero si la encuentres no dejes de verla porque es escalofriante.
Habla del enorme impacto que están teniendo los tóxicos en los alimentos que damos a nuestros niños. Es la primera generación de niños de la historia que es posible que tenga una vida mas breve que sus padres al haber estado expuesta desde la infancia a gran cantidad de tóxicos, principalmente a través de la alimentación.
Oficialmente no se han reconocido los efectos que los productos tóxicos y los transgénicos van a tener en la salud general. Pero hay datos que señalan que, por ejemplo en Francia, las cifras de cancer infantil crecen más del 1% cada año de forma acumulativa y que el 70% de los canceres tienen un origen medioambiental, del que un 40% tiene relación con la alimentación y un 30% con los contaminantes del medio ambiente.
En el documental se recogen testimonios y datos científicos, pero también soluciones, como la implementación de la alimentación biológica en comedores escolares para disminuir la ingesta de alimentos cultivados con tóxicos en los pequeños. Creo que es indispensable replantearnos el tipo de alimentos que los niños ingieren, su salud, sin duda, puede verse afectada de un modo que todavía no conocemos en profundidad.
Las consecuencias sobre la salud humana de los productos químicos de la agricultura convencional y transgénica no son nuevos. Y aunque el discurso oficial todavía lo defiende como la única salida para la alimentación mundial y niega sus graves efectos secundarios, las pruebas son cada vez más abrumadoras.
La OMS denuncia que 3 millones de agricultores mueren al año por culpa de los agroquímicos, un auténtico exterminio campesino, pero ahora la toxicidad es colectiva y afecta fundamentalmente a la infancia.
En relación con el tema deberíamos oir después de 20 años el discurso que dió Severn Suzuki, cuando tenía 10 años y que es rigurosamente actual, en la Cumbre de la tierra (1992), hablando con sorprendente clarividencia ante una representación de altos cargos mundiales y de la ONU.
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