miércoles, 18 de marzo de 2009

Benedicto XVI en África

De indignante llamo yo a la primera visita en su cuarto año de pontificado que el Papa Benedicto XVI está haciendo al continente africano, más hubiera valido que se hubiera quedado en El Vaticano y así nos hubiéramos ahorrado la vergüenza ajena de oír o leer los discursos que está dando, donde lo que prima es soberbia y despotismos al menospreciar la cultura africana y no muestra ningún tipo de piedad, misericordia o empatía por un continente donde el sufrimiento es máximo.

Y eso que su objetivo era "abrazar al continente entero, llevar a África una palabra de consuelo y esperanza, y admirar la alegría de su fe" y "no permanecer callada ante el dolor y la violencia, la pobreza y el hambre, la corrupción y el abuso de poder".

Una de las perlas que ha dicho ha sido: que el sida "no se puede resolver con eslóganes publicitarios ni con la distribución de preservativos", y que éstos, "al contrario, sólo aumentan los problemas". "La única vía eficaz para luchar contra la epidemia es la humanización de la sexualidad", añadió, "una renovación espiritual", destinada "a sufrir con los sufrientes". Es decir, abstinencia y oración.

Esto en un continente que según la Organización Mundial de la Salud, 22,5 millones de subsaharianos están infectados por el VIH, cifra que supone el 68% del total.

Vamos, que prefiere que todos los africanos mueran o se infecten de sida, antes de que usen preservativos para prevenirse, para Ratzinger es más importante su doctrina que la vida misma.

También ha definido la liturgia religiosa africana como: "exuberantes y alegres celebraciones religiosas africanas".

¿Y este hombre está en línea directa con Dios?, pero ¿que clase de Dios es el suyo?.

Critica las costumbre y tradiciones de los demás, no demuestra compasión por el sufrimiento de millones de personas y tiene la osadía de ponerse a defender una postura antiabortista por ir en contra de la vida humana dice.

Más valdría que no de más discursos y predique con el ejemplo, porque sus objetivos y sus palabras se contradicen; aunque claro, también es posible que los objetivos que dice tener no sean esos, porque más bien parece que persigue que la mayor parte de los humanos sufran sin parar, y que lo más importante es que se haga lo que él dice; ya que debe estar convencido de estar en posesión de la verdad absoluta y por tanto está por encima de todos los demás.

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